Cambiar de piel como una víbora
y esperar por un tiempo guardado
casi una hibernación
antes de volver a salir
los colmillos afilados como nunca
y como siempre la lengua bífida
partida
amenazante
¿temblorosa?
Y, un poco se sacude;
será que refleja la duda de este espíritu inquieto
la duda que
-quizás-
no sea tan duda
sea más excusa que método
como sea
pero es igual de inquebrantable:
hoy ya no quedan verdades para decir,
mucho menos cuentos para ser tragados.
***
El veneno es el mismo:
de la boca directo a la sangre
paraliza el cerebro
acelera el corazón:
apenas un fugaz instante de agonía
antes de caer
en una inconsciencia casi extática
y la muerte.
Yo me arrastro
muy despacito
sufriente
indigesto.
De pretendida épica a aires de revista: operaciones que no hacen ni chicha,
ni limonada
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Hace un par de semanas recibí la grata sorpresa ser invitado al teatro por
parte de una de las minas más lindas que conozco; la obra que tuvo ocasión
de re...
Hace 13 años.