Te llamás Mariana, o Lucía, no me acuerdo ya. Nos conocimos hace tiempo, cuando niños y el arenero. Vos ibas de juego en juego, libre con tus pelos largos y lacios al viento. Yo te veía ir desde el subibaja y sabía que eso que ardía en mí era el amor.
Mucho tiempo después te vi pasar por la calle. Ya para ese entonces había olvidado tu nombre, pero en cambio descubría que la calidez de esa sonrisa se había transformado en una marca indeleble. Escuché tu voz y reconocí ese cantito en las últimas sílabas de las esdrújulas y supe que lo recordaría para toda la vida. Vos no me reconociste, o te hiciste muy bien la boluda.
Hoy te vuelvo a ver, sentada en este bar. Estás pagando tu café con leche y te vas a ir y yo no me atrevo a hablarte. Acaso sólo me quede un resto de amor consumido, un dejo amargo en la boca, la añoranza de esos labios que no voy a probar, el recuerdo de un rostro destinado a desvanecerse junto a su nombre.
De pretendida épica a aires de revista: operaciones que no hacen ni chicha,
ni limonada
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Hace un par de semanas recibí la grata sorpresa ser invitado al teatro por
parte de una de las minas más lindas que conozco; la obra que tuvo ocasión
de re...
Hace 13 años.
2 comentarios:
ojala se presente la oportunidad de nuevo y te acerques y le robes un beso o tal vez un poco de su tiempo! y quien sabe tal vez terminen encontrandose ambos!
Yo la llamaría Deborah xD
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