18.2.11

Attica [2.0]

Hacer de éste un momento
distinto
especial
como si despertar en camas ajenas implicara otras cosas
otros sentires
algo distinto de las mismas monótonas y absurdas mañanas
-o tardes, o noches-
algo distinto de la acostumbrada rutina
como si se tratara de una cuestión más bien práctica
cuando, en realidad
la cosa pasa por otro lado
esta inmutable disposición anímica
del cogito a la autoconciencia
¿y cómo salir del solipsismo?
¿cómo saber que esto a mi lado
no es un cuerpo inerte
y en cambio sí un otro?
¿cómo hablarle a una segunda persona
que no sea un mero reflejo del yo?


Yo
te veo
ahí
desnuda, semimuerta
y me pregunto cuál es la diferencia
clara y distinta
por la que sos existente, real
humana
y no un sueño
o una muñeca inflable.


¿Cómo reconozco tu esencia
por fuera de estos ojos que te miran,
de mis manos y mi boca y todos estos sentidos que te recorren hasta el hartazgo?
¿Acaso es un salto de fe?
¿Cómo puedo saber que en este mundo
hay lugar para dos?


Yo
solo yo
recuerdo:
un manojo de gemidos no llenan una habitación,
y hay vacíos que no se llenan-
como dicen los poetas.

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